Page 27 - REVISTA AD MAESTRO N° 32 (ago. - sep. 2024)
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eco de una encuesta de la Asso-
ciació Catalana de Llars d’Infants
(educación infantil privada), se-
gún la cual el uso de las pantallas
provocaría estragos en los niños
de 0 a 3 años (la prueba de la
causalidad sería que, si se dejan
las pantallas… ¡en dos semanas
los estragos desaparecen!). La
“encuesta”, nacida de una conver-
sación artesanal entre directores,
por decirlo suavemente, pregun-
taba si se percibía retraso en el
lenguaje, aislamiento social, difi-
cultades para relacionarse, altera-
ciones en la alimentación o el sue-
ño, desarrollo psicomotriz y otros
problemas, como por ejemplo las
sospechas del supuesto autismo con litigios y movilizaciones por al-
provocado por las pantallas (inevi- gunas cercanas a centros escolares
table recordar otro delirio, el que (hasta la OMS, la UE y el Consejo de
lo atribuye a las vacunas). “ESTÁ FUERA DE DUDA Europa se apuntaron, pero no ha
Una mera nota de prensa no QUE LOS MÓVILES PUEDEN habido prueba alguna en un cuarto
publicada, sin cuestionario, ni fi- DISTRAER Y PERTURBAR de siglo y ya es solo historia; tam-
cha técnica, ni resultados, formada bién se les atribuyeron dificultades
por una hoja con una decena de A PROPIOS Y AJENOS, DAR con el sueño, la alimentación y la
preguntas sí/no dirigida a las guar- ACCESO A APLICACIONES capacidad de concentración entre
derías de la asociación, respondida DISEÑADAS PARA ENVICIAR el alumnado, dicho sea de paso).
por la mitad, y plasmada en hoja (EN PARTICULAR LAS REDES En el móvil, ciertamente, cabe
y media de gráficos con los resul- todo, pero eso no es tan nuevo.
tados. Fue suficiente para algunos VIRTUALES O MEDIOS En el diálogo ya cabían los sofistas
medios ávidos de otra catástrofe. SOCIALES, PERO HABLAR DE además de Sócrates, como hoy los
Este diario no la recogió como noti- ADICCIÓN ES DE TODO PUNTO energúmenos en las tertulias. La
cia, creo, pero sí una tribuna que la escritura sirvió sin distinción a las
citaba ampliamente, incluidas las EXCESIVO)…” religiones, al comercio, al Estado,
milagrosas curaciones, como parte a la literatura. La imprenta repro-
de la “evidencia científica” a favor dujo la Biblia, Cervantes y Shakes-
de la prohibición escolar. la desconfianza de Sócrates hacia peare, pero también Mein Kampf,
Alertado, el Ministerio de la escritura, pero también la im- el Pequeño Libro Rojo y un sinfín
Educación lanzaba en diciembre prenta, que trajo el paraíso lector y de basura. Los audiovisuales han
una propuesta abolicionista que escolar cuya pérdida tanto se teme hecho casi de todo. Lo fascinante y
pronto sería asumida, con ligeras ahora, fue estrictamente prohibida abrumador del artilugio digital, sea
variantes, por la mayoría de las medio milenio en el mundo islámi- ordenador, tableta o móvil, es que
consejerías y consejos escolares co, capada por el Índice de libros en él cabe todo eso y más, porque
autonómicos (también el nacio- prohibidos en el católico, causa es el metamedio, el medio de todos
nal): prohibición general del telé- de amplia preocupación por los los medios, los que hay y los que
fono móvil en educación infantil y demasiados libros entre muchos vendrán. Y hasta él mismo cabe en
primaria; lo mismo, por defecto y ilustrados, motivo de pavor ante el bolsillo. Pero la omnipresencia
salvo iniciativa y bajo la responsa- la corrupción de las mujeres por la del artilugio no es ninguna conspi-
bilidad del profesor, en la secunda- literatura romántica e incluso cul- ración diabólica, ni de las Big Tech,
ria común; y a criterio del centro pable de provocar suicidios ado- sino la faceta material más obvia
en la secundaria superior. lescentes (el efecto Werther, una del hecho de que, a todos los efec-
Es de rigor señalar el reiterado mera leyenda urbana). tos, vivimos en un nuevo ecosiste-
énfasis ministerial, por encima de Después vendría el turno de la ma informacional.
la invocación ritual de los proble- radio, el cine, la televisión y la mú- Está fuera de duda que los mó-
mas asociados a móviles y redes, sica juvenil (enemigos más lejanos, viles pueden distraer y perturbar
en responder a una preocupación que solo entraron marginalmente a propios y ajenos, dar acceso a
y una inquietud sociales. No es el en la escuela), y cabe recordar que, aplicaciones diseñadas para en-
primer episodio de pánico moral li- ya en este siglo, hubo cierta histe- viciar (en particular las redes vir-
gado a alguna nueva tecnología de ria ante una supuesta oleada de tuales o medios sociales, pero ha-
la comunicación. Es ya un tópico cáncer por las antenas de telefonía, blar de adicción es de todo punto
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